Las Habilidades del Intelecto

“Un modelo para Potenciar Recursos que Permiten la Adaptación al Cambio”

La evolución de una sociedad conlleva enfrentar cambios en cada uno de los individuos que la componen, estos se pueden reflejar en diferentes aspectos, como su conducta, pensamiento, sentimientos, valores y conocimientos entre otros, pues de no hacerlo estaría quedándose fuera del proceso y formaría parte de la selección natural de la especie, ya que está depende del grupo. Los cambios son parte de la adaptación que cada persona necesita realizar para poder seguir perteneciendo a un grupo determinado, si no, las opciones a seguir serían cambiar de grupo o vivir al margen de la sociedad.

Para poder cambiar en cualquiera de las áreas que constituyen a un ser humano, se requiere que el organismo se encuentre preparado, es decir, << si yo quiero cambiarme de ciudad, necesito que mi sistema inmunológico cuente con el suficiente número de glóbulos rojos, blancos, cortisona, entre otras substancias, para evitar que las nuevas bacterias a las que están expuestos se incuben y desencadenen una enfermedad>>. De esta manera si una persona se desenvuelve en un medio ambiente violento o incierto, sus valores se tendrán que ver modificados, pues deberá mentir para defenderse de un evento que le produce angustia y que le demanda salvaguardar su vida.

Dentro del proceso educativo, los cambios se presentan en forma explícita secuenciada y organizada, es decir que, para aprender aritmética, primero es necesario reconocer los números, para después agruparlos y de ahí continuar con la automatización del proceso; el contenido junto con la habilidad es divididos en etapas que están vinculadas con el desarrollo infantil. Sin embargo, la cantidad de fracasos académicos en esta área hacen pensar que; o no está bien organizada la información, o los individuos no se encuentran preparados para enfrentarlos. Por tal motivo, se puede decir, que aún cuando se planean los probables cambios en las etapas de un ser humano, se requiere contar con la convergencia de una serie de variables, para que la planeación surta su efecto y sea un éxito.

Esto me lleva a reflexionar sobre el mercado laboral actual, en el que las empresas ya no están dispuestas a invertir en capacitación para aquellos empleados de reciente contratación, han dado la espalda al valor del contenido y ahora prefieren seleccionar a su personal por las habilidades que posea, esto sumado a la demanda de manejo de información y la calidad en el desempeño trae como consecuencia una orientación diferente respecto a lo que uno debe estar preparado, ahora importa más la estrategia que se utilice y no tanto la teoría, por tal motivo un entrenamiento en habilidades del intelecto sería el programa adecuado para incluirse dentro de un curriculum, sin embargo, las instituciones parecen estar ciegas ante todas estas variables, así como ante los adelantos de la ciencia, pues muchas de ellas siguen trabajando con estrategias de memorización, en dónde ni siquiera enseñan al estudiante cómo de la nemotecnia, la palabra célebra del profesor es “estudia”, ¿pero algún día nos han dicho cómo?

Un aspecto aún más delicado es que los especialistas en psicología todavía siguen trabajando con fundamentos inapropiados para generar programas de intervención, sin explicarle a sus clientes los constructos teóricos de la inteligencia, o las diferentes metodologías educativas.

Existe un postulado sobre el estudio de la inteligencia que tuvo su fundamento en la psicometría experimental y es el “Coeficiente Intelectual” (C.I.), el cual se obtiene en su mayoría por una receta de regresión lineal, que es una herramienta de la estadística que permite agrupar el desempeño de la población y así observar la tendencia, después se utilizan los valores <<Z>> para poder expresar los resultados en función de un promedio estadístico y sus desviaciones estándar, de tal manera que se puede hablar de un Coeficiente Intelectual promedio, que estaría indicando que el desempeño de esa persona es similar al de la población en la que él vive; del mismo modo, si se obtiene un puntaje que indique un C.I. inferior, se interpretaría como un desempeño pobre y lento, en comparación a la población en la que se desenvuelve. Por supuesto que esta información es útil cuando se está buscando un diagnóstico diferencial, o para revisar el nivel de madurez, pero no para generar un programa de desarrollo intelectual. Otro aspecto que no permite, bajo el paradigma anterior generar una propuesta de entrenamiento, es el hecho de que se debe contar con la claridad del funcionamiento cerebral y los procesos mentales, para conocer las áreas a estimular, y su origen está relacionado con la investigación psicométrica, en donde su principal objetivo es describir al ser humano, para poder predecir su desempeño en las diferentes áreas que lo constituyen. Además, la mayoría de las escalas más completas de inteligencia llegan a contener información, que de manera frecuente no es actualizada, y por tanto se podría estar cometiendo el error de estar evaluando conocimiento asociado al grado escolar y no al desempeño o la habilidad.

Ahora queda claro el por qué de la resistencia al cambio en los objetivos de la estimulación educativa, por un lado se cuenta con la ignorancia y del miedo, y por otro la falta de habilidades para reconocer la necesidad de orientar la educación hacia procesos como: solución de problemas, toma de decisiones, análisis, comprensión o creatividad; de tal manera, que si se trabajara con un programa de estimulación, cada institución estaría formando a sus educandos, no sólo con contenidos de información, sino también el desarrollo de habilidades intelectuales que les permitiría una mejor adaptación a los cambios vertiginosos que vivimos en la actualidad.

Pero, ¿existen programas que evalúan y desarrollen el intelecto?, desde los años 40´s un grupo de especialistas en procesos mentales se abocaron, por diferentes caminos, a estudiar el desempeño humano, generando así diferentes paradigmas de estimulación, entre estos se encuentran los trabajos del doctor Guilford, quien se basó en una de las teorías psicológicas más sólida, la Cognitiva, bajo la cual se han realizado numerosos estudios tratando de desglosar los procesos mentales y sus características, de tal manera que Guilford, diseñó un postulado que describe la entrada, el procesamiento y la salida de  información del cerebro. Para su estudio utilizó el análisis de varianza como la herramienta estadística que le permitiría realizar las posibles comparaciones entre las habilidades. A su grupo de trabajo se le incorporaron los doctores Robert y Mary Meeker, quienes lograron adaptar la investigación al ámbito educativo, de aquí nació el S.O.I. que significa Structure of Intellect (la Estructura del Intelecto).

El SOI posee una prueba que es la incorporación al programa de estimulación, en la que se observan las habilidades que describió Guilford, para de ahí generar un programa de estimulación personalizado, que permite a las personas incrementar sus habilidades. La estimulación se trabaja a partir de cuadernillos en los cuales vienen ejercicios que provocan que la persona que los resuelve, se enfrente a tener que encontrar diferentes alternativas, además que se trabaja también con la estimulación perceptual visual, que se encarga de la recepción de la información, la coordinación ocular, la tercera dimensión y la visión binocular, útiles para los procesos de lectura y matemáticas.

En lo que respecta a la entrada de información el SOI ha descrito tres habilidades básicas, además de las perceptuales, y han sido llamadas Estilos de Aprendizaje, y son: Figural, Simbólico y Semántico, estos estilos determinan la capacidad de recepción de información de un individuo. Después está el procesamiento de información, que el SOI denomina Habilidades de Aprendizaje que se encargan de elaborar el proceso de asimilación de la información, y están compuestas por la Comprensión, Memoria y Solución de Problemas; por último están las Habilidades de Aplicación, que se encargan de ejecutar los resultados del proceso de pensamiento, y están compuestas por Evaluación y Creatividad.

Además, el SOI tiene la posibilidad de trabajar con las habilidades de matemáticas, que están divididas en: Aritmética y Matemáticas, la primera se refiere a las operaciones numéricas, como sumas, restas, multiplicaciones y divisiones, es decir el procesamiento, y las segundas, al razonamiento abstracto, es decir a la comprensión del problema, de tal manera que un estudiante puede ser muy bueno para el área matemáticas y estar reprobando, pues se equivoca en la suma o en la multiplicación , de ahí la importancia  de no solamente trabajar con los contenidos informacionales, sino también con la habilidad; otras tres habilidades importantes son la Lectura, estas están divididas en Leer, Listos para Leer y Comprensión Lectora, Estas últimas realmente son un grave avance en materia de evaluación psicopedagógica pues son pocas las pruebas que se encargan  de estas habilidades tan importantes para el desarrollo y desempeño eficiente de un alumno.

De todo lo anterior surgió la metodología, que en la actualidad es impartida en México en los Centros SOI, distribuidos en diferentes partes del mundo y de la República Mexicana, estos centros se encargan de brindar diferentes servicios, todos basados en la metodología SOI y encaminados al desarrollo de las habilidades del intelecto, de ahí que se han dado por llamar los Primeros Gimnasios del Intelecto. Entre los programas con los que cuenta se encuentran los Modelos Escolares, que consisten en implementar la materia de desarrollo de habilidades dentro de la curricula del colegio y así poder orientar la institución hacia alguna habilidad en particular, como, solución de problemas o análisis. También existen programas que permiten remediar problemas académicos o generar programas de capacitación, así de versátil es la herramienta, pues está diseñada para la estimulación del pensamiento desde los 4 hasta los 99 años, es decir, que el SOI es una de las principales metodologías diseñadas para entrenarte para el cambio.

Fuente: Alejandro Zalce Aceves M. en Centro SOI Cd. de México

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