Trastorno de Déficit de Atención (segunda parte)

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En el número pasado platicamos acerca de los síntomas primarios del Trastorno de Déficit de Atención, los cuales conducen a los secundarios de los que hablaremos en el presente artículo.

Ambos grupos de síntomas irrumpen la vida de la persona que los presenta, así como los miembros de la familia

Así mientras la vida se vuelve más y más complicada por las decisiones impulsivas y tareas no terminadas, los problemas se complican más. La vida es afectada física, psicológica, social, económica y espiritualmente.

Síntomas Secundarios:

  1. Memoria pobre: un resultado natural de la pobre concentración es la memoria pobre, ya que la información no llega a registrarse en el cerebro. Así que es difícil o imposible recordar algo, por muy importante que sea. También puede ser porque no pueden crear internamente imágenes visuales que ayudan a la memoria. Recuerdo pobre de detalles, se olvida rápido lo que se aprende.
  2. Rendimiento abajo del nivel esperado: el TDA no afecta la inteligencia. La gente con TDA se rinde fácilmente ya que no pueden mantenerse en una tarea debido a la falta de motivación y a la incapacidad de tolerar el aburrimiento y la repetición. Por razones que todavía no se saben bien los niños con TDA de inteligencia normal o superior tienen dificultades en áreas como la lectura y las matemáticas. Reconocen las palabras individualmente, pero tienen problemas en ponerlas juntas en enunciados. Pueden sumar columnas de números, pero no resolver problemas matemáticos. Su inhabilidad para concentrarse interfiere con la finalización de los problemas matemáticos que requieren un pensamiento continuo.
  3. Baja tolerancia a la frustración: es común que estos niños se enojen o presenten una manifestación violenta seguida de un sentimiento de inconformidad por su reacción. Bombardeados de estas sensaciones tienden a estar tensos la mayor parte del tiempo. Cuando las cosas no pasan como ellos esperaban o cuando no pueden manejar una situación estresante, tienden a explotar. Junto con esto, presentan inhabilidad para tolerar los cambios, en especial si es inesperado. Para algunos un pequeño cambio en la rutina puede afectar. Presentan exceso emocional. No tienen éxito en grupos, parecen menos maduros que sus compañeros, porque no controlan sus emociones. Son agresivos, explosivos, irritable, demandantes, no cooperan. Presentan pobre capacidad para controlar los impulsos, el niño puede posponer sus sentimientos, pues la menor dificultad lo desespera. Cualquier contrariedad lo irrita con facilidad y pierde el control de sí mismo. Como resultado de la impulsividad y de la poca tolerancia a la frustración se manifiesta la agresión, cualquier interacción que le provoque conflicto desencadenará una reacción agresiva inmediata y hasta cierto punto indiscriminada.
  4. Baja autoestima: regularmente la gente que los rodea los retroalimentan con que no pueden hacer las cosas.
  5. Depresión y Ansiedad: ambos son fenómenos que acompañan al TDA. En la mayoría de los casos se pueden calificar como reactivos debido a la presencia de dificultades en todos los aspectos de la vida. El sentimiento de culpa es otro síntoma que acompaña a la depresión – ansiedad y se relaciona directamente con una baja autoestima, debido a las incapacidades mostradas en las áreas anteriores.
  6. La conducta infantil puede estar bien organizada y ser adecuada cuando el niño se encuentra solo, sin embargo puede sufrir una disregulación en una situación de grupo o en una clase. La adaptación puede ser satisfactoria en casa, de modo que las dificultades surjan sólo en la escuela. Rara vez el niño muestra signos de trastorno en todas las situaciones o en la misma situación durante todo el tiempo.
  7. Actúan sus sentimientos utilizando objetos como si estos fueran los que los están sintiendo. Con esto el niño verbaliza y actúa sentimientos intensos de coraje, frustración y miedo; dice palabras de agresión a otros, rompe cosas, rompe reglas, etc., para sacar indirectamente las emociones fuertes que siente. Estos niños se hallan entre la realidad y la fantasía. Actúan un gran acto de dolor, coraje, hostilidad. Esto los lleva a que en vez de tener pensamiento saludable, presenten un pensamiento de adulto neurótico y tengan una gran inhabilidad para manejar su vida exitosamente.

Como puede observarse estos síntomas secundarios son producto de la calidad de las interacciones con los seres que la rodean y que tienen una importancia fundamental en su desarrollo. Cualquier factor que desencadena ansiedad puede precipitar la sintomatología ya descrita; como un compañero muy agresivo, una estructura escolar demasiado exigente, circunstancias familiares o extrafamiliares que asignen al niño una condición de vulnerabilidad.

El niño con más de 6 años se percata de sus dificultades, a la vez que los adultos se exasperan por sus movimientos constantes y su falta de atención y concentración en los estudios. Además, percibe que lo castigan con más frecuencia que al resto de sus compañeros de clase y hermanos, quienes reciben más regalos y premios. De esta manera, comienza a sentirse rechazado por ser como es, ya que no tiene ningún control sobre su comportamiento ni sabe que tienen que hacer para cambiar. Esta constante lucha le facilita un estado de agotamiento, depresión y angustia convirtiéndose en un círculo vicioso, ya que el estado de tensión o estrés es una barrera del aprendizaje debido a que las emociones fuertes bloquean la parte racional del cerebro. Entonces, además de que el niño carga con su incapacidad de poner atención y con todo lo que ya vimos anteriormente, también tiene que cargar con la presión de padres, maestros y con su propia tensión emocional.

Hasta ahora se han utilizado básicamente tres tratamientos para los niños con Trastorno de Déficit de Atención, el primero y más recurrido es el Ritalin, el cual es un medicamento que eleva la capacidad de inhibir y regular conductas impulsivas, aunque doctores que han visto los efectos positivos del Ritalin, opinan que el medicamento no es un sustituto de una buena escuela, ni enseña creatividad ni hace que los papás pasen más tiempo con sus hijos.

El segundo tratamiento es el Neurofeedback o de neuroretroalimentación, el cual consta de que el niño aprenda a modular sus ondas cerebrales.

Y el tercero son las terapias y programas de educación. Una puede ser la conductual, en la que se trabaja con el niño la situación de conductas inadecuadas por otras que le permitan desenvolverse; otra es la terapia familiar; donde se trabaja con toda la familia la problemática en educación especial, terapia familiar o combinación de las tres.

El programa de educación promueve una metodología que entrena al niño con nuevas habilidades o estrategias de aprendizaje adecuadas a su propia capacidad de procesamiento de información; asesores capacitados apoyan a los estudiantes en sus tareas, trabajos y exámenes de la escuela.

PADHIA cuenta con uno de estos programas y se llama Círculos de Apoyo Educativo.

Con esta síntesis quedará convencido, como nosotros, que la respuesta a la problemática del aprendizaje se encuentra en diferentes áreas interrelacionadas en la vida del individuo y que son determinantes en su conducta y en su desarrollo humano.

Fuente: Mariana Flores Lot. Lic. En Psicología. UNAM. Asesora de PADHIA (Programa de Autodesarrollo Humano Integral del Adolescente). Actualmente atiende a niños y adolescentes con problemas de aprendizaje.

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